miércoles, 27 de enero de 2010

Evasión...


Que me sorprendo a cada momento.. que los días son soleados y las almas tormentosas, que el día te sonrie y la noche te golpea. que los ojos ya no miran y las manos ya no tocan.. que te extraño cada día y que te llenas la boca con palabras anteriores y tu lengua no conoce. Tu discurso ya me aburre. Sólo me toca, me toca!!
Que me asustan los rosales,las espinas me seducen...que me aburren los corales,los diamantes ya no brillan y las cuentas no me salen.
Ya no gira por las noches. La acobardan las señales, sólo mira el mapamundi buscando un escape.
La cabeza:un torbellino. El disparo,no destella.Cierra los ojos y calla,hasta la muerte le escapa.

domingo, 17 de enero de 2010

Ella: el ombligo...


Siempre y cuando la vida le diera la mejor localidad y la atendiera con la mejor sonrisa: ella vivía.
Solía decir, y sentir la imperiosa necesidad, que hasta la más insignificante cucaracha le propinara un abrazo,la besara, la tirara sobre una cama o sólo le prestara atención.
No importaba quién, ni qué, le mirara el ombligo -que dejaba ver parte del cordón umbilical- y le dijera cuán bella lucía cada día de su vida. Ella, ella, ella y ella. Sabía que nada ni nadie era importante más que Ella.
Alguna vez, intentó escuchar, intentó mirar, intentó ayudar... cuando otro ser además de mirarle las circunvoluciones cerebrales y escarbar en sus anfractuosidades, le llamaba la atención. Sólo en esos casos podía mirar , por décimas de segundos los horrores y gracias del que tenía enfrente.
Si bien la vida no siempre le había sonreído... Ella decidía cómo seguir siendo "YO", "a MI" y el "ME". Decidía y decía mal, cuando se daba cuenta del error iba y venía para cambiar una sóla parte de su discurso para seguir en el mismo error, en definitiva. No aceptaba.
Solía oir y ver muy mal. Pero por diferentes motivos nadie terminaba de decirle la verdad: Egoista, ególatra... y cuantas palabras con ego apareciesen en el diccionario.
Había días en que salía corriendo a buscar a las hormigas para no quedarse sola. Levantaba las baldosas para ver si algún gusano había quedado en su metro cuadrado y con quien compartir su consabido "Yo, me, mi y es conmigo". Esos eran otros momentos.
La última vez que la vi estaba sentada en el cruce de 7 y 50, justo en el medio de la calle. Había puesto un espejo gigante en el cual se miraba y hablaba sola. Ni se percató que la gente gritaba y discutía, que su actitud entorpecía la vida de toda la ciudad. Sólo siguió envuelta en sus pensamientos y lo importate de ser Ella misma. con el típico egoismo que la caracterizaba.

miércoles, 13 de enero de 2010

Com-partiendo a Don O. Girondo

QUE LOS RUIDOS TE PERFOREN LOS DIENTES...
Que los ruidos te perforen los dientes,
como una lima de dentista,
y la memoria se te llene de herrumbre,
de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros,
una pata de araña;
que sólo puedas alimentarte de barajas usadas
y que el sueño te reduzca, como una aplanadora,
al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle,
hasta los faroles te corran a patadas;
que un fanatismo irresistible te obligue a posternarte
ante los tachos de basura
y que todos los habitantes de la ciudad
te confundan con un madero.
Que cuando quieras decir: "Mi amor",
digas: "Pescado frito";
que tus manos intenten estrangularte a cada rato,
y que en vez de tirar el cigarrillo,
seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones;
que al acostarse junto a ti,
se metamorfosee en sanguijuela,
y que después de parir un cuervo,
alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto,
para que los espejos, al mirarte,
se suiciden de repugnancia;
que tu único entretenimiento consista en instalarte
en la sala de espera de los dentistas,
disfrazado de cocodrilo,
y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro,
que no puedas dejar, ni por un solo instante,
de lamerle la cerradura.

lunes, 11 de enero de 2010

Momentos...


Se sentó del lado de afuera del bar. Justo frente a los juegos de los pequeños.
Pidió una cerveza, el tostado y observó. Escuchó los gritos de los nenes en las hamacas, el murmullo de las charlas vecinas y de repente el sonido del vacío. Como si hubiese entrado en un túnel despejado y luminoso, eligiendo sólo algunas imágenes de su memoria.
La primera: le recordó su anhelo: Un matrimonio, entrado en años, sus cabezas plenas de canas. El cuerpo y los ojos cansados. Caminaban muy lento, asegurándose cada paso que iban a dar. Se llevaban uno al otro con las manos entrelazadas. La mirada dirigida hacia el mismo lugar y entre paso y paso, una acotación al oído y una sonrisa a flor de labio.
Los siguió por unos minutos, sintiendo placer y angustia al mismo tiempo. Se sonrió y siguió mirando.
Minutos después una pareja de unos 50 años charlaban caminando a cierta distancia de si.. no era sólo distancia física...la distancia decía que algo había pasado y si no hubiese sido así, de seguro lo que venía era la discusión. Sus rostros lo decían, los tonos de las voces y los gestos, los que se daban y los que ocultaban.
Unos metros detrás de ellos tres pequeños jugaban en el arenero, un perro les daba vueltas alrededor y las risas y gritos llenaban el silencio interior.
La vida le pasó en inversa.. como una película rebobinada. Lo que fue y lo que no...
Tomó aire y empinó la copa. Se refrescó y sintió sobre sus mejillas una humedad no pensada. Sin gestos de dolor sus ojos lagrimearon. Qué le había pasado? si no tenía intención de llorar; es más... disfrutaba de las imágenes que sólo le mostraban la vida a pleno.
Pensó, sacó cuentas y comenzó a mirar a su alrededor. Como analizando a cada una de las personas que pasaba. Trataba de adivinar si estaban solas o en pareja, el nivel cultural y las intenciones de vida. Creyó que podría comparar. El trabajo de campo era vano, sin datos específicos. De hecho, lo que logró descifrar fue que lo que vivía, no era lo que quería.
Se acomodó en la silla,enderezó su espalda. Comenzó el balance del año anterior y las posibilidades para el nuevo. En cuanto a lo profesional todo había sido como se esperaba. Crecimiento y superación en sus mismas expectativas. Como mujer... el tema de todas.
El amor había llegado, pero no era aquel que le diera frutos, era un amor esporádico adecuado a las circunstancias, el tiempo y las ganas. Eso para ella no era pareja. En el mismo momento se decía que no se imaginaba conviviendo con alguien. Qué tipo de pareja quería? sencillo : NO lo sabía.
Sólo tenía una certeza, a veces refutada por otras entidades.. sus amigos, su vida terminaría si pareja, sin acompañante y sintiéndose terriblemente sola.
Solía discutir las virtudes que debería tener un hombre y remarcar a fuego sus defectos.
Sabía que era exigente... quería un hombre pensante, que no fuera absorvente, pero que tampoco fuera despegado... - logró reírse y preguntarse nuevamente qué quería.
Del llanto pasó a la risa sin escalas. Del cuestionamiento a un simple -"vaya a saber". pagó la cuenta y caminó las cuadras que la separaban de su casa.