Sábado de lluvia.Sólo pensaba en el último encuentro y lo feliz que estuvo. Sintió ganas de llamarlo...se detuvo.
Hace algún tiempo que no pasa. Ella lo espera como adolescente.Supone que él también espera. Pero teme romper las reglas, esas que establecieron... no sabe cómo ni cuándo, explicitas y las implícitas, más de las segundas que de las primeras.
Se levantó del sofá,caminó por la sala. Puso música. Norah Jones le decía suavecito "come away with me". Recordó cuando él se la presentó en un cd y la escena siguiente, la del beso profundo, la de las manos rocorriendo su rostro y el beso siguiente. Sonrió, entre avergonzada y nerviosa, pero feliz.
Volvió sobre sus pasos, se sentó y miró la lluvia caer. No recordaba cuando había dejado de cuestionarse los porqué y los cómo. A pesar de no poder evitar los cuándo. Sabe que los necesita... pero no romperá las reglas. Sólo espera.Ya conoce sus posibles respuestas y las reacciones. No quiere perder lo mucho que tiene.
Prendió un cigarrillo y se trasladó, mentalmete, al departamento de Las Heras y Montevideo. El primer encuentro. La Plaza. La Iglesia. Poca gente. La caminata. Casi un año de ese encuentro, que no indicaba que se prolongaría en el tiempo, de hecho ese día habían discutido bastante, diferentes puntos de vistas...políticos, sociales... sólo la soledad y el desamparo los encontraba. Los unía. Los mezclaba.
Hoy se emociona al pensarlo... sentado, escribiendo, concentrado en su trabajo o disfrutado de sus días de libertad. Lo imagina sonriendo o cantado. Jugando con las hojas y las pinturas. Haciendo crucigramas y buscando definiciones. Ella sólo aprende y lo mira.
Así se durmió... perdida en sus ojos claros. La despertó el sonar del teléfono. y desde el contestador escuchó la voz grave que tanto deseaba. Contestó. Cortó. Se duchó. Subió al auto. El camino la conducía a otro encuentro.
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